El pasado 27 de septiembre se llevó a cabo el segundo encuentro de Noches de Filosofía. En esta oportunidad la reflexión se dio en torno a las nociones de Humanismo y Universidad, tomando como referente a la filósofa norte americana Martha Nussbaum.
El evento contó con la asistencia de educandos y profesionales educadores de diferentes programas, con quienes se entabló una conversación reflexiva sobre el ser humano, la Universidad, las Humanidades y, el papel protagónico que tiene la Universidad en esta tarea.
No hay duda que la preocupación por estas temáticas circunda entre la comunidad universitaria, más cuando la Universidad se encuentra en el marco de la celebración de los 50 años y existen cuestionamientos por su papel en la trasformación de la sociedad que ha venido cultivando durante este medio siglo.
Pala hablar de Universidad como una institución de educación, es importante remitirse a la edad media, época en la que surge y se expande por todo el mundo hasta tocar suelos colombianos cuando en 1580 Gregorio XIII concedió los derechos y privilegios de Universidad al convento de Los Dominicos en Bogotá y en 1962 cuando se fundó la Universidad Javeriana.
En lo local, es valioso recordar el año 1904 cuando se funda la Universidad de Nariño y el trasegar que la Universidad Mariana viene dando desde 1964 cuando en la ciudad de Pasto se reunieron las exalumnas Franciscanas en el marco del II Congreso Internacional de Exalumnas, evento en el que se gestó la idea del Instituto Mariano que abriría sus puertas en 1967, sueño que aún perdura.
Múltiples son las preguntas por la Universidad, entre ellos su teleología (finalidad) su ontología (¿qué es?). Múltiples son las posibilidades de respuesta que se encuentran.
Es menester recordar a Carlos Gaviria Díaz en su afirmación de que la razón de ser de la Universidad es la formación humana, ésa es su finalidad y que el componente académico sin ser menos importante, no es lo que más debe preocupar a las Instituciones de Educación Superior; sin embargo, contrario a lo expresado, la Universidad vive en la actualidad una crisis de sentido ya que las presiones ejercidas por el sistema imperante, van desdibujando su papel y quizá, sin quererlo, juegan un rol tecnocrático al cultivar profesionales debidamente perfilados para ejercer una actividad productiva y no para la contemplación y la reflexión crítica de los aconteceres.
En este contexto, los asistentes protagonizaron una dinámica discusión en la que se puso en evidencia el poco valor que hoy se da a lo humano, en la sociedad del homo faber.
El hombre vive en la actualidad con el peso de un sistema que estimula al trabajo, la producción y el consumo, dialéctica que ofrece felicidad a cambio de tiempo de vida; lógica que Martha Nussbaum invita a replantear desde la Universidad.
La forma, volver a la razón de ser de la Universidad, de la educación en general, lo humano de lo humano del hombre, su sensibilidad.
De aquí que en la propuesta de Nussbaum se halla de forma incisiva la necesidad de inculcar en los educandos las artes, democracia, política, estética; no como ELECTIVAS, sino como lo fundamental en la formación del ser humano.
No es electivo ser ético o no serlo, tampoco podrá ser electivo ser democrático o no, en esta perspectiva, deberá al interior de las universidades dejar de ver a las humanidades como eso, algo electivo, sino como una necesidad trascendental en la formación, como la razón de ser Universitaria, máxime cuando la sociedad se ahoga en situaciones que vienen convirtiendo a la mayoría de las sociedades en seres desprovistos de su condición esencial.
Edgar Mauricio Burgos Narváez.