SE CONMEMORÓ 80 AÑOS DE LA PASCUA ETERNA DE MADRE CARIDAD

Con una eucaristía, la Universidad Mariana conmemoró los 80 años de la pascua eterna de la Beata María Caridad Brader Zanher, fundadora de la Congregación de Religiosas Franciscanas de María Inmaculada, insigne precursora de la pedagogía del amor e infinidad de dones que, durante su vida, han sido un ejemplo para las nuevas generaciones enmarcadas en el amor de Dios y el Evangelio de Jesucristo.

La Hermana Aylem Yela Romo, Rectora de la Universidad Mariana, recordó “los 80 años de la pascua eterna, de una mujer fiel al llamado del señor, valiente, libre, arriesgada, acogedora, fraterna y solidaria, que desde Suiza llegó al Ecuador y a Colombia. En San Juan de Pasto, fue acogida con amor y respeto; por designio de Dios asumió con coraje su voluntad, y con amor profundo e incondicional a Jesús Eucaristía; fundó la Congregación de Religiosas Franciscanas de María Inmaculada, desde donde luchó incansablemente y entregó su vida con profunda abnegación a la pastoral educativa, a la pastoral social y a la misión para la evangelización con el objetivo de dignificar a la dignidad humana, condiciones que debemos testimoniar desde la formación en valores y principios a la luz del Evangelio de Jesucristo, la espiritualidad mariana, franciscana y el legado pedagógico de Madre Caridad, que nos permite crecer en identidad y profesionalismo”.

El Presbítero Andrés Pizarro, capellán de la Universidad Mariana y Director de Bienestar saludó a las Religiosas Franciscanas de María Inmaculada al celebrar la pascua eterna de su fundadora, “qué gran lección en esta fiesta, recordar que esa es nuestra esencia y que solo allí se encuentra la verdadera identidad, de quienes seguimos las huellas de Cristo. Esta mujer sencilla supo enseñar a sus hijas espirituales a vivir intensamente la alegría en medio de su vida austera y todo porque más que confiar en sus propias capacidades e ideas debían poner todas las certezas en el Señor Jesús” dijo.

Universidad Mariana
Universidad Mariana
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La Madre Caridad Brader es recordada por su vida y su obra como misionera y educadora de la fe, destacando que su ejemplo es un fiel experimento para sentirse auténticamente pobre, de colocarse al nivel de la gente que ella, en su infinita bondad atendió, cuidó, ayudó, instruyó y evangelizó y por practicar valores como la fraternidad, solidaridad, trabajo, liderazgo y entrega generosa según el espíritu de San Francisco de Asís.

Su herencia es la adoración perpetua en el Santuario Eucarístico de Maridiaz, para orar por la paz del mundo, por las necesidades del Papa y de la iglesia, por las hermanas, bienhechores y todas las personas, que están relacionadas con la vida y obra de la congregación.

Madre Caridad Brader fue beatificada por el Papa Juan Pablo II el 23 de marzo de 2003, su tumba está ubicada en el Santuario Eucarístico de Maridíaz, Pasto – Nariño.